-Sí; pero ¿adónde vamos?
-Ya os lo he dicho, donde el aire es puro, donde el ruido adormece, donde por orgulloso que el hombre sea, se siente humillado y pequeño; Amo estas impresiones, yo, a quien llaman el dueño del mundo como a Augusto.
-Pero ¿adónde vais?
-Al mar.
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