Miró hacia el final del muelle. Una luz le llamó la atención. Justo en la punta había un pequeño faro que parecía guiñarle. Quiso llegar a él. Necesitaba estar solo, pero el rumor del mar era una canción nostálgica que se empeñába en acompañarle. Recorrió el espigón y llegó hasta el borde. Se apoyó en la barandilla oxidada, bajo el faro. Observó la línea del horizonte. "Buena imagen; una unión perfecta el cielo y la mar, supongo...",pensó.
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