3 ene 2012

SUMERGIDA EN LA VIDA DE JANE

Supongo que muchos al oír el nombre de Jane se acordarán de alguna amiga en el extranjero, pero si le añadimos a este nombre tan común el apellido de "Austen", todos recurrirán a la imagen de una joven inglesa que logró su fama gracias a las novelas que escribió. Todas ellas ambientadas en la misma época que ella vivió y casi todas han sido llevadas al cine en innumerables ocasiones. A mí (que soy una romántica empedernida) me cautivaron desde la primera línea. Pero de todo lo que se refiere a nuestra adorada Jane, me quedo con las historias de Persuasión, Orgullo y Prejuicio, Emma y Sentido y Sensibilidad. 


Lamentablemente, de Persuasión no hay ninguna obra cinematográfica que esté a la altura de la novela. No obstante, tampoco hay que despreciar la película de 1995. Esta historia trata de Anne, una joven que renuncia a su felicidad con el hombre al que ama y que lo hace porque es persuadida por otra persona. Este hombre, reaparece años más tarde en su vida y ella tiene que luchar para que el amor le conceda una segunda oportunidad. Me encanta recordar una escena en la que van los dos con un grupo de amigos hacia la playa, en donde él no puede parar de fijarse en ella, en cómo el viento salado que azota su cara le quita edad. 


"-Tal vez debería haber pensado así- repuso Wentworth-; pero no podía. No. Lo que conocía de usted no me permitía tener la menor esperanza. Yo estaba aplastado, sepultado, perdido entre las deducciones y pensamientos que año tras año habían agobiado mi alma. Yo no podía juzgarla más que como a una mujer que había cedido, que me había abandonado y que había sucumbido a una influencia distinta de la mía. Además, en aquellos momentos la veía acompañada de la persona que había guiado sus pasos durante aquel infausto año, y no había razón para suponer que ya no tenía ascendiente sobre usted, pues más bien debía considerar que ya estaba acostumbrada a ello".

Es el amor ¿una fantasía o un fervor. Es inmortal como verdad inmaculada? No es una flor que muere con la juventud, cae del tallo la vida, pues crecerá en regiones donde no corre el agua ni un rayo de promesa inunda la triste oscuridad. 

De Sentido y Sensibilidad me quedo sin duda con el carácter y la ingenuidad de Elinor Dashwood, una joven romántica y muy extrovertida que se enamora del primer príncipe que la rescata con su caballo blanco: el señor Willoughby.





"No es amor el amor que cambia cuando una alteración encuentra, que se adapta con el distanciamiento a distanciarse...Oh no, es un faro siempre firme, que contempla las tempestades sin nunca estremecerse".


Por otro lado, no puedo dejar de recordar a Emma Woodhouse, una joven rica que le encanta hacer de celestina hasta que se da cuenta de que está enamorada. Me encantan los vestidos y peinados de ella en la película de 1996, en la que encarna a Emma la actriz Gwyneth Paltrow. 















"I have something to tell you, Emma; some news."
"Good or bad?" said she, quickly, looking up in his face.


Finalmente, llegamos a una de mis películas favoritas: Orgullo y Prejuicio. No me canso de verla una y otra vez, aunque me sepa el final. Sin duda me identifico en cuanto al carácter con la protagonista Elizabeth Bennet. Me apasionan los vestidos, el trato de la época, los dialógos, el escenario, la música...



"Elizabeth: La primera vez que lo vi en la reunión... no bailó con nadie en absoluto. Aun cuando había pocos hombres... y más de una joven sentada sin compañía.
Darcy: No conocía a nadie más que mis amigos.
Elizabeth: Ah, y nadie se conoce en un baile.
Darcy: No tengo el talento... de charlar con facilidad con la gente que no conozco.
Elizabeth: Quizá deba seguir el consejo de su tía y practicar."



Tolerable me atrevería a decir, pero no lo suficientemente bonita para tentarme.




-Me gustaría saber quién descubrió el poder de la poesía para matar el amor.
-Pensaba que la poesía alimentaba el amor.
-Puede que de un amor firme, pero si se trata solo de una vaga inclinación estoy segura que un buen soneto acaba con ella.
-¿Y qué recomienda para fortalecer el afecto? 
-Bailar, aunque la pareja sea apenas aceptable. 


¿Considera el orgullo un defecto o una virtud?


Mary: ¿Qué son los hombres comparado con las rocas y las montañas? 

Lizzy: Los hombres estan invadidos por la arrogancia o la estupidez. y si son afables es muy facil manejarles porque no tienen un criterio propio. 

Tia: Cuidado querida, tus palabras reflejan amargura.






Darcy: Señorita Elizabeth. Luché en vano, pero ya no puedo soportarlo. Los últimos meses fueron un tormento. Vine a Rosings con el único objeto de verla. Tenía que verla. Luché contra mi mejor juicio, expectativas familiares... su inferior condición social, mi rango... pero quiero dejar todo eso de lado y pedirle... que acabe con mi agonía.
Elizabeth: No entiendo.
Darcy: La amo. Con el mayor ardor. Por favor, hágame el honor de aceptar mi mano.
Elizabeth: Señor, le agradezco la lucha por la que ha pasado... y lamento mucho haberle causado tanto dolor. Créame, no fue a conciencia.
Darcy: ¿Es su respuesta?
Elizabeth: Sí, señor.
Darcy: ¿Se está riendo de mí?
Elizabeth: No.
Darcy: ¿Me rechaza?
Elizabeth: Sé que los sentimientos que, como dijo... dificultaron su consideración, lo ayudarán a superarlo.
Darcy: ¿Puedo saber por qué... con tan poco esfuerzo de cortesía me rechaza?
Elizabeth: ¿Y puedo saber por qué... con intención tan clara de insultarme... decidió decirme que le gusto... contra su mejor juicio?
Darcy: No, créame..."




Lizzy: he aceptado bailar con el señor Darcy? 

Charlotte: estoy segura de que te parecerá muy agradable. 

Lizzy: Pero porque le habre dicho que si? Si ya habia decidido odiarlo por toda la eternidad.  






La mejor forma de desilusionarle es no preguntarle.







¿Se puede morir de felicidad?


Cuesta creer que haya alguien que te merezca.


Sometimes the last person on earth you want to be with is the one person you can´t be without 
 







Señor Darcy: “Tiene que saberlo. Tiene que saber que todo lo he hecho por usted. Es usted demasiado buena para jugar conmigo. Su conversación de anoche con mi tía me ha hecho recobrar la esperanza, que ya creía tener totalmente perdida. Si sus sentimientos siguen siendo los mismos dígamelo. Mi afecto y mis deseos no han cambiado, pero una sola palabra suya me silenciará para siempre. Sin embargo, si sus sentimientos han cambiado, debo decirle que ha embrujado usted mi cuerpo y mi alma, y que la amo, la amo, y la amo, y que ya nada podrá separarme de usted.”
Elizabeth: Está bien...Sus manos están frías.

ESCUELA PARA NUEVOS RICOS

-Pues yo creo que...- lo que Max creía en aquel momento no se supo jamás, porque quedó instantáneamente callado al tropezar sus ojos con algo que le pareció un prodigio. El prodigio era la figura de Diana, de pie entre el grupo de sus amigas, con una cortés sonrisa en los labios y la mirada <<ausente>> de todo aquello. Max la miró, preguntándose interiormente si la joven era una persona de carne y hueso o una deidad bajada del Olimpo para cenar con sus damas de honor.

Llevaba un encantador vestido-encantador y original, como todo lo de Diana-, de un tono ambarino, ligero y vaporoso, con el que armonizaba el dorado cabello, semejante a una continuación del traje que hubiese empalidecido hasta adquirir aquel matiz de espiga madura. Max admiró la línea del suave rostro, de óvalo perfecto, los grandes ojos castaños, la dulzura de la sonrisa  y el encanto juvenil que emanaba de ella. Y en acto pensó, con la seguridad que le daba la costumbre de obtener cuanto quería: <<¡Tengo que hablarle!¡Tengo que decirle lo preciosa que es y lo maravillosa que me parece! Tengo que...>>

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Max suspiró y, recostándose en el tronco de un árbol, dejó perder su mirada en la línea lejana del horizonte. Evitaba mirar a Diana, porque le producía un dolor insoportable el ver su demacrado rostro. Parecía imposible que en sólo tres días se hubiese desmejorado tanto. Claro que el menú de dátiles a todas horas o de higos chumbos comenzaba a asquearles. Quedaba el recurso de comer pájaros. Pero...¿crudos? ¡Horror! Aquellas situaciones sólo eran soportables en las novelas. Invariablemente, sus protagonistas, apenas llegaban a una isla desierta, frotaban una piedra con otra y en el acto, con la rapidez de un encendedor automático, surgía una hermosa llama, que en seguida prendía en el haz de las ramas secas preparado para el caso. Con el caparazón de una tortuga-olvidado en la playa por su dueña en un imperdonable descuido- se formaba un recipiente para guisar, y una vez convenientemente colocado sobre el fuego, se depositaba en el interior del magnífico besugo recién pescado con una caña hecha de una rama, una liga y un gusano.

Pero eso sólo ocurría en las novelas. Él considerábase una calamidad porque por más que frotaba las piedras no conseguía que produjesen la menor chispa, ni encontraba caparazones de tortuga, ni conseguía el menor triunfo como pescador.

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GRAN HOTEL